La felicidad
- Juan B Mejía V
- 3 abr 2018
- 2 Min. de lectura
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La felicidad es un estado mental y emocional. Es el estado natural del ser humano. Este estado lo vemos en la mayoría de los niños y en muchos ancianos.
La felicidad no depende de los demás sino de uno mismo. Tampoco depende de nada material o externo; viene de dentro, como reflejo de nuestro ser interior. Es un estado que depende de lo que somos, no de lo que tenemos; no consiste en poseer sino en ser.
La felicidad no se adquiere como un artículo en una tienda o supermercado; tampoco se logra con la cercanía o lejanía de personas o lugares; ni la proporciona la adquisición de riquezas materiales o de títulos o de comodidades físicas.
Tampoco se logra como creen muchos, mediante el jolgorio o el goce de placeres mundanos. Dice mucha gente: “Comamos y bebamos que mañana moriremos”, queriendo manifestar con esto, que en el disfrute de placeres fugaces está la felicidad. Estos goces podrán proporcionarnos satisfacción o gozo (que son pasajeros) pero no la felicidad duradera.
La felicidad se conquista como un estado superior del ser humano, mediante el logro de la armonía interior y estando en paz con todo y con todos. Esto nos lleva a comprender que la felicidad es un estado creciente, que siempre va de menor a mayor intensidad, ya que a medida que vamos obteniendo en mayor grado la armonía interna y logrando una mayor paz en la convivencia con nuestros semejantes y con la naturaleza, se va haciendo más grande nuestro estado de felicidad.
Para vivir en paz con los demás, debemos dejar de juzgar a nuestro prójimo y de pretender que las otras personas piensen, actúen y sientan de acuerdo a nuestros gustos o modo de ser; mejor dicho, no pretendamos que los demás sean como nosotros queremos que sean. Esta actitud es liberadora y genera la verdadera felicidad.
Para lograr la armonía interior, debemos tomar conciencia de nuestro ser espiritual, desprendernos de todos los apegos y cultivar los valores positivos tales como la honestidad, la veracidad, el amor, la tolerancia, la serenidad, etc. y eliminar las características negativas como el criticismo, el miedo, la ira, el odio, la coprolalia, la mentira, etc.
Como complemento, deseo citar las palabras de Deepak Chopra en su libro: "Las Leyes Espirituales del éxito para Padres":
“Las semillas de Dios están dentro de nosotros. Cuando emprendemos el viaje del espíritu, regamos con agua las semillas de La Divinidad. Una vida feliz no es más que el reflejo de nuestra intención interna. Con el tiempo, las flores de Dios florecen dentro de nosotros y a nuestro alrededor, y comenzamos a presenciar y a reconocer el milagro de lo divino a donde quiera que vamos.”
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