Desarrollo superior

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Aunque cada ser humano es único, como parte de un todo que somos, es preciso que aprendamos a relacionarnos, con el fin de que lleguemos a actuar sensiblemente por y con los demás. Ese es el principal objetivo de la evolución, la unidad de los seres dentro de la diversidad que implica la individualidad de cada uno.

Para lograr este cometido, es necesario trabajar arduamente en nuestra parte interna, en el desarrollo espiritual, lo cual nos hace más conscientes de nuestro real ser y nuestro importante papel dentro del proceso evolutivo. La preparación ha de ser no sólo teórica, sino también práctica, para que de ella surja la realización y podamos de esta forma conquistar la iluminación, que es el principal objetivo de todos seres en el actual estado de evolución.

Todas las energías que existen en el universo, tienen un punto de vínculo en nuestra interioridad. Estamos vinculados con cualquier Logos, con cualquier sistema, con cualquier galaxia en el multiuniverso; todas las potencialidades de estos magníficos seres, están presentes en nuestra interioridad. Es de esta forma como los adeptos han conseguido llegar a ese estado de consciencia tan elevado, que les permite conocer los secretos del sistema solar; los chohanes pueden por medio de ese estado de consciencia tan alto, saber todos los misterios y secretos de la galaxia; o un kumara, que su gran desarrollo de consciencia le permite un amplio dominio de los misterios del universo.

Aunque nuestro avance en el infinito proceso de perfeccionamiento aun es incipiente, si persistimos en ello, si mostramos determinación y firmeza para superar las debilidades, los vicios, los caprichos, iremos gradualmente espiritualizando nuestros vehículos y de esta manera avanzaremos en el sendero de retorno hacia La Divinidad.

Para conseguirlo, debemos aprender a canalizar las energías del Alma del Mundo en nuestra naturaleza y encauzarlas hacia cada uno de los puntos focales en donde aquellas energías tienen un modo de acción que les es característico y ponerlas en condición activa, y luego retornar todo ese caudal de energías recibidas de lo divino y convertirnos en seres cada vez más conscientes y sensibles.

Para llevar a cabo este magno proceso de perfeccionamiento, tenemos la capacidad y la posibilidad de encarnar en el planeta tierra durante algunos miles de millones de años, cuantas veces sea necesario, para luego pasar a esquemas de evolución en planos más sutiles, pero siempre avanzando en una larga escala de perfeccionamiento.

Uno de los principales factores para el logro de tan elevado ideal, es el de rendirle culto estético a la otra polaridad (el hombre a la mujer y la mujer al hombre), para de esta forma desarrollar una voluntad inquebrantable, una fuerza moral imbatible, una sensibilidad exquisita, elementos indispensables para la conquista de los más grandes logros dentro del sendero evolutivo espiritual positivo. De lo contrario, seguir cultivando los vicios, estimulando la lujuria, dejándonos dominar por las pasiones, estaremos retrasando muchísimo nuestro avance y generando sufrimientos y carencias para el futuro, en esta y en próximas encarnaciones.

Siguiendo el sendero de la armonía, del autoconocimiento, del cultivo interior, estaremos trabajando en la vía positiva y correcta que ha de conducirnos a la anhelada iniciación, primer escalón hacia logros mayores como son las siguientes iniciaciones hasta llegar a la cuarta, que es el primer peldaño de la maestría y de estados supremamente elevados de consciencia y desarrollo espiritual.