Los siete días de la creación

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La Biblia dice que el universo fue creado por Dios en siete días. Pero hasta para Dios debe ser difícil crear tantas cosas en tan corto tiempo. Esto es sólo una metáfora.

En lugar de creación, debemos hablar de generación, porque nada se crea; todo es generado mediante la transformación de la energía existente. La Biblia está escrita en clave, y no puede interpretarse literalmente. Los siete días de que habla El Génesis, son períodos de tiempo larguísimos. Actualmente estamos en la mitad del cuarto día o período. Esotéricamente, se habla de Mamvántara para hacer referencia a los días de la generación, y Pralaya para las noches.

Crear es sacar algo de la nada. Generar es transformar algo existente, en una forma distinta. La ciencia ha demostrado, según el principio de Lovaoisier, que nada se destruye ni se crea en el universo, que todo se obtiene por transformación de la materia-energía.

La materia-energía fundamental del Universo, que la ciencia llama “materia oscura”, es La Divinidad misma, y es preexistente y eterna; es decir, ha existido, existe y existirá por siempre; no tiene origen ni tendrán fin. La generación de cualquier cosa, se realiza por agregación o sustitución de partículas subatómicas. Esto se aplica tanto a seres vivos o inertes, mundos, universos, moléculas, etc.

Dice la ciencia que el universo se formó de una gran explosión, que denominan Big-Bang. En la actualidad, esa teoría está siendo cuestionada y actualizada, y al parecer, será sustituida con la de “La singularidad cósmica”, que dice que el universo surge a partir de un punto de singularidad, desde el cual se expande.

Esta teoría resulta más acorde con las enseñanzas esotéricas. Por ejemplo, en la Doctrina Secreta, de H. P. Blavatsky, se dice que antes de la manifestación de los universos y mundos, Fohat, la siempre existente esencia, se encuentra sumido en un estado, podríamos decir de profundo sueño o meditación, es difícil expresarlo en palabras humanas debido a la sublimidad de ese divino estado.

Cuando Fohat se manifiesta, seguidamente lo hacen El Ser Supremo y los siete Logos y desde allí esta portentosa energía se difunde en planos y niveles, universos, galaxias y mundos, y dentro de cada mundo encontramos la vida por doquier en sus diversas manifestaciones, todo ello animado por la divina esencia de Fohat.

¡Cuántas maravillas tiene el universo para fascinarnos! Y a nosotros corresponde descubrirlas y analizarlas.