Desaprender para despertar
- Juan B Mejía V
- 28 ago 2018
- 4 Min. de lectura
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Para algunas personas, las duras realidades de la vida son instrumentos efectivos para su despertar, para tomar conciencia de lo que realmente son. El sufrimiento les obliga a despertar. Pero otros muchos seres humanos tropiezan con situaciones difíciles de la vida una y otra vez, y siguen caminando como sonámbulos. Es difícil que lleguen a despertar algún día. Desafortunadamente, jamás se les ocurre que puede haber otra manera de vivir, que puede existir un modo diferente de conducir la existencia.
Sin embargo, si la vida no le ha golpeado a usted lo suficiente, y si no ha sufrido demasiado, entonces hay otra manera: escuchar. No quiere esto decir que usted tiene que estar de acuerdo con lo que digo. Porque el acuerdo o el desacuerdo tienen que ver con las palabras, los conceptos y las teorías, pero nada tienen que ver con la verdad. La verdad nunca se expresa con palabras. La verdad se percibe de repente, como resultado de cierta actitud, de cierto estado de conciencia.
De manera que usted puede no estar de acuerdo conmigo y sin embargo, puede percibir la verdad. Pero tiene que haber una actitud de apertura, debe estar dispuesto a descubrir algo nuevo, a olvidar por un momento lo que sabe, lo que cree, lo que piensa. Eso es lo realmente importante, no que usted esté o no esté de acuerdo conmigo. Al fin y al cabo, la mayor parte de lo que estoy expresando son teorías. Ninguna teoría abarca adecuadamente la realidad.
De manera que yo puedo hablarle a usted, no de la verdad, sino de los obstáculos de la verdad. Esos obstáculos puedo describirlos, pero no la verdad. Nadie puede expresar la verdad en palabras; sólo puede inducir a ver los obstáculos que la ocultan, que la oscurecen. Lo único que puedo hacer es describirle las falsedades, para que pueda alejarlas, para que las evite, para que cambie de rumbo y encuentre por sí mismo el camino que conduce a la verdad.
Lo único que puedo hacer por usted es desafiar sus opiniones y el sistema de creencias que le hacen desdichado. Lo único que puedo hacer es ayudarle a desaprender. De eso se trata el aprendizaje en lo concerniente a la espiritualidad: desaprender casi todo lo que nos han enseñado. Una disposición para desaprender, para escuchar, para cuestionar nuestros sistemas de creencias.
¿Está usted leyendo como lo hace la mayoría de la gente, con el fin de confirmar lo que ya piensa, lo que cree que es “su verdad”? Observe sus propias reacciones a medida que lee. Con frecuencia se alarmará, o se conmocionará, o se escandalizará, o se irritará, o se disgustará, o se sentirá frustrado. O dirá: “¡Maravilloso!” ¿Pero está usted leyendo para ver si lo que lee confirma lo que piensa? ¿O está leyendo para descubrir algo nuevo? Eso es lo esencial, pero resulta difícil para las personas que están dormidas. Jesús proclamó la Buena Nueva y sin embargo, fue rechazado. No porque fuera buena, sino porque era nueva.
Detestamos lo nuevo; nos espanta; ¡lo rechazamos! Y cuanto más pronto aceptemos este hecho, mejor. No queremos nada nuevo, especialmente cuando es perturbador; especialmente cuando implica un cambio; especialmente si implica decir: “Yo estaba equivocado”.
Las creencias nos dan mucha seguridad; en cambio la fe es inseguridad. Aunque no sabemos, estamos dispuestos a seguir y permanecemos abiertos. ¡Completamente abiertos! Estamos dispuestos a recibir nuevos conceptos, nuevas ideas.
Estar abierto no significa ser crédulo, no significa tragar entero todo lo que diga el que habla o escribe. ¡De ningún modo! Ustedes tienen que cuestionar todo lo que digo y todo lo que dicen los demás, sea quien fuere. Pero cuestiónenlo desde una actitud de apertura, no de terquedad. Y cuestiónenlo todo. Recuerden estas hermosas palabras de Buda: “Los monjes y los eruditos no deben aceptar mis palabras por respeto, sino que deben analizarlas, así como un orfebre analiza el oro -cortando, raspando, frotando, fundiendo”.
Cuando uno hace eso, está escuchando. Ha dado un gran paso hacia el despertar. Como dije, el primer paso es estar dispuestos a admitir que no queremos despertar, que no queremos ser felices. Dentro de nosotros existen toda clase de resistencias. El segundo paso es estar dispuestos a comprender, a escuchar, a cuestionar todo nuestro sistema de creencias. No solamente nuestro sistema de creencias religiosas, de creencias políticas, de creencias sociales, de creencias psicológicas, sino todas las creencias. Estar dispuestos a revisarlas todas, según la metáfora de Buda.
Estamos rodeados de alegría, felicidad, amor, pero la mayoría de los seres humanos no lo saben porque están hipnotizados, están dormidos. ¡Despierten! No lloren por sus errores. ¿Por qué llorar por faltas que cometieron cuando estaban dormidos? ¿Van a llorar por lo que hicieron en estado hipnótico? ¿Por qué quieren ser como una persona hipnotizada? ¡Despierten! ¡Adopten una nueva manera de ver las cosas! Además, comprendan que tal vez tienen ideas equivocadas, y que son estas ideas las que están influyendo en su vida, convirtiéndola en el desastre que es y manteniéndolos dormidos. Han aceptado ideas sobre el amor, sobre la libertad, sobre la felicidad, y otras ideas, todas erróneas. Y no es fácil escuchar a alguien que cuestiona esas ideas que son tan preciosas para ustedes.
Adaptado del libro Despierta, de Anthony de Mello
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