Ventajas del olvido

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Para algunas personas es inaceptable que estemos en un proceso evolutivo, en el cual tengamos que venir una y otra vez a este mundo tridimensional, para adquirir experiencia y perfeccionarnos progresivamente. La principal razón de su rechazo está basada en el hecho de no recordar las vidas anteriores.

La reencarnación es una de las leyes de la vida, independientemente de que la aceptemos o no.

La Divinidad en su infinita bondad, permite que en cada nuevo nacimiento tengamos nuevos vehículos físico, vital, emocional y mental, para que nuestro Espíritu pueda manifestarse en este Mundo Físico. Por supuesto, los nuevos vehículos que adquirimos en cada encarnación no son perfectos; la calidad de ellos dependerá de qué tanto los hayamos trabajado en el pasado.

Aunque no recordemos los acontecimientos de nuestras vidas anteriores, todo el aprendizaje que hayamos podido derivar de los errores cometidos, se encuentra en nuestra esfera subconsciente; y ese bagaje es el que nos guía subjetivamente en la vida.

Tener un nuevo cuerpo físico y vital, nos da la oportunidad de ser más conscientes para cuidarlo mejor, darle una alimentación más adecuada, no abusar de él, hacer ejercicio, etc., de modo que podamos tener una vejez más saludable. Tener un nuevo cuerpo emocional nos permite reencauzar nuestras energías, superar rencillas, vicios. Tener un nuevo cuerpo mental es lo que hace que en nuestra mente racional solamente reposen los acontecimientos de la vida presente.

El hecho de no recordar ofensas anteriores, evita indisposiciones y prejuicios contra aquellos que nos injuriaron en el pasado, dándonos la oportunidad de superar todo tipo de odios y rencores, para que aprendamos a vivir en armonía. Pero si en vez de armonizarnos con aquellas personas, restablecemos odios del pasado, la vida nos traerá de nuevo, unidos por vínculos más estrechos, como padres e hijos, esposos, hermanos, etc., hasta que aprendamos la lección.

Además, por Ley de Causa y Efecto, los daños ocasionados a los demás en encarnaciones pasadas, constituyen las causas de los efectos que habremos de recibir en el futuro. El hecho de no tener conciencia de todas las cuentas pendientes que tenemos por pagar, permite que podamos vivir sin la angustia permanente por lo malo o bueno que nos pueda ocurrir.

Teniendo en cuenta estos aspectos, resulta muy favorable el hecho de no recordar nuestras encarnaciones anteriores.