La senda del esoterismo
- Juan B Mejía V
- 8 nov 2018
- 3 Min. de lectura
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La Ciencia Esotérica, y con ella las Artes Ocultas, son innegablemente un conjunto de saberes para cuya adquisición se requiere, como para el estudio de cualquier carrera, disciplina artística o profesión, una completa entrega para investigar, descifrar, desentrañar y conquistar sus secretos.
No obstante, el estudio del esoterismo proporciona muchísimas y mayores satisfacciones, aun para aquellas personas que apenas alcancen a penetrar sus más elementales enseñanzas. Estos saberes constituyen una filosofía de vida para el diario acontecer y además de iluminar nuestros problemas más profundos, nos revela significados que jamás hubiéramos soñado o imaginado.
También el esoterismo nos muestra que nuestras vidas, que consideramos individuales y separadas de todo y de todos, en realidad forman parte integrante del conjunto Cósmico, y que todos y cada uno tenemos estrecha relación con ese conjunto llamado Universo y con cada uno de sus integrantes, llámese mineral, vegetal, animal, humano, espíritu, astro, o cualquiera otra denominación.
Por elemental que sea nuestro conocimiento de esoterismo, nos conduce a un cambio radical en nuestra vida, a un replanteamiento de los valores que sustentan nuestro accionar, a una exacerbación de nuestra sed de sabiduría, a estimular nuestro ímpetu de avance por la senda espiritual.
Este cambio nos induce a ver que aquello a lo que dábamos mayor importancia, realmente carece de ella y que lo que realmente importa son los aspectos a los que menor importancia les dábamos, los cuales constituyen en realidad los centros estratégicos de la vida humana.
El ocultismo nos induce a descubrir que existen ciertos poderes y capacidades en nuestra interioridad, que no son sobrenaturales ni extraños, sino que son elementos de los cuales hacemos uso a diario, y que si los desarrollamos conscientemente, pueden conducirnos a generar resultados extraordinarios y sorprendentes para bien de la humanidad y gloria de La Divinidad.
Cualquiera que se sienta atraído por el estudio del Ocultismo, puede empezar a emplear estos magníficos poderes, aunque sería deseable que se centrara más en el desarrollo evolutivo que en los poderes, porque podría distraerse del verdadero sendero y hasta podría torcer el camino al usarlos de manera egoísta, o dejarse alelar o deslumbrar por tales poderes. Si la persona que despierta estos poderes tiene alguna perversión declarada o una tendencia hacia el mal, por leves que estas sean, correría un gravísimo riesgo de que su fuerza se vuelva en su contra y se haga más mal que bien, y que pueda dañar a otros y a sí misma. Por este motivo, se requiere de un elevado grado de pureza de corazón para introducirse en la senda Interior, Oculta.
El sendero oculto es muy extenso y requiere de mucha dedicación y entrega, y en ocasiones podría parecer que no estamos avanzando lo suficiente en él; pero recordemos que todo necesita un principio y que para alcanzar las metas propuestas, debemos perseverar y esforzarnos en la adecuada preparación para avanzar por esta senda, sin importar las dificultades o los tropiezos.
Aunque nos parezca que estamos lejos de obtener logros, debemos dedicarnos a cultivar una vida de espiritualidad, de servicio, de devoción, como preparación para cuando lleguen los resultados esperados, y como el tiempo en los planos internos no corresponde con el tiempo en el plano terrestre, es muy posible que logremos muchísimo más de lo que nos hubiéramos imaginado, aunque en el plano formal no veamos resultados concretos.
Si somos lo suficientemente observadores y analíticos, nos daremos cuenta de que nuestra vida se mueve ahora por nuevos intereses, que poseemos una nueva fuente de inspiración y de esperanza, así como el poder de desenredar algunos de los problemas menores de la propia existencia. Pero sobre todo, seremos elevados a una atmósfera más serena y tranquila, limpia y pura de todas las mezquindades acumuladas de la diaria existencia, que amenazan constantemente con ahogarnos. Dejaremos de vagar sin objeto por la existencia, en que los días pasan unos tras otros sin conducirnos a sitio alguno. El sentimiento de vacuidad y falta de objetivo desaparecerá, y entonces habremos obtenido una de las claves de los problemas más acuciantes de la existencia humana.
El sentirse poco preparado o el pensar que es aún prematuro iniciar el camino del esoterismo, o pensar que estos estudios son demasiado profundos para nuestra capacidad y desarrollo actuales, no deben ser obstáculos que nos aparten de tan excitante camino. Cada uno puede tomar justamente lo que necesite y hacer uso de lo que mejor se acomode a sus circunstancias o que mayor interés le genere. Lo importante es que se acerque a esta sabiduría, libre de prejuicios y con mucha sinceridad.
La mejor herramienta y los más útiles accesorios en la senda del esoterismo, son: un corazón noble, una mente abierta, una clara disposición a recibir el conocimiento y someterlo a prueba para convertirlo en sabiduría, y por supuesto, la plena certeza de que a través de este camino habremos de llegar al anhelado encuentro con nuestro Ser Interior, nuestro enlace con La Divinidad.
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