Ser responsables a profundidad
- Juan B Mejía V
- 27 jun 2019
- 2 Min. de lectura
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Los seres humanos hablamos de responsabilidad, debido a que muchos acontecimientos, personas, instituciones, están bajo nuestra responsabilidad, y su marcha depende de nuestras actitudes y decisiones, pero no tenemos clara consciencia de las profundas implicaciones de esta palabra.
La noción de responsabilidad, tiene un alcance mucho mayor de la simple connotación que le damos, ya que todos los seres estamos unidos por sutiles hilos de energía y nos influimos mutuamente. La aparente separación entre los seres no existe, es tan sólo una ilusión; nada ni nadie están separados del conjunto del universo. En consecuencia, tanto nuestros actos como los pensamientos, palabras, sentimientos, actitudes, imágenes, ejercen influencia directa en todos los demás seres del mundo y del universo.
Todos tenemos responsabilidades de distinto grado, que podemos emplear como valiosas oportunidades para desarrollarnos, ser más conscientes, más lúcidos, más dueños de nosotros mismos, y de esta forma estar en condiciones de contribuir al desarrollo del mundo y de los demás.
Cuando llevamos una vida pura, noble y luminosa, podemos orientar a los demás por el camino del bien, y aunque en apariencia nuestras actitudes, pensamientos o palabras no tienen efecto alguno, en realidad siempre hay en algún momento o lugar, algo bueno que con nuestra energía se despierta y recibe un impulso hacia el bien y el progreso evolutivo. De igual modo, si obramos de manera descuidada, ordinaria, egoísta, ejercemos influencia sobre los demás en forma negativa y les estamos orientando hacia el abismo.
Nuestros estados internos no sólo nos conciernen a nosotros; afectan también a aquellos que nos rodean, y sobre ellos tenemos total responsabilidad. Es entonces, muy importante que estemos vigilantes de los pensamientos, sentimientos e imágenes que albergamos en nuestra mente, cuidando de dar cabida sólo a aquellos que sean de prosperidad, abundancia, benevolencia, solidaridad, compromiso, tolerancia y en fin, de carácter positivo, elevado.
A este respecto expresa Omraam Mikhael Aivanhov: “Cuando paséis al otro lado [al plano sutil luego de desencarnar] os dirán: «Mira bien estas desgracias, estos accidentes, estos crímenes, porque tú has contribuido a causarlos; por tu culpa, estos seres han sufrido»; y entonces, por mucho que protestéis diciendo que nunca habéis hecho este daño, os responderán: «Sí, pero has participado, y estas personas han sufrido realmente por culpa tuya; tus pensamientos, tus sentimientos, han contribuido a que otros les hiciesen este daño».”
Los pensamientos, sentimientos y actitudes, son fuerzas poderosas, que arrastran a los seres hacia el sendero del bien o el del mal, aunque no seamos conscientes de ello. Por supuesto que así como influimos sobre los demás, también ellos influyen sobre nosotros con sus pensamientos, sentimientos y actitudes. De tal modo que así como debemos precavernos de que nuestras vibraciones sean positivas, para que lleven el bien a los demás, también debemos protegernos para que no nos afecten las vibraciones negativas de ellos, imaginando que en todo momento estamos envueltos en una esfera gigantesca de luz blanca muy brillante e intensa, que repele los elementos nocivos que emiten los demás.
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